TIJUANA.- En abril recobrará su libertad José Santiago Meza, ’El Pozolero’, que para cárteles de las drogas deshizo unos 2 mil cadáveres en Tijuana.
“Es una noticia muy triste”, lamentó Fernando Ocegueda Flores, presidente del Movimiento Estatal de Búsqueda de Personas.
Las familias que buscan desde hace años a su ser querido, dijo, sienten enojo por el trabajo que él hacía.
Lo sentenciaron por cometer los delitos de delincuencia organizada, contra la salud e inhumación clandestina luego de ser arrestado en enero de 2009.
Saben que en abril este año puede volver a las calles, declaró Ocegueda Flores, quien desde la captura de ‘El Pozolero’ se dedicó a recuperar restos humanos en los predios que usó para deshacer cadáveres con sosa cáustica.
Desde 1984 se dedicó a esa ilícita actividad, hasta que lo atraparon autoridades militares en el interior de un hotel ubicado en el puerto de Ensenada.
Ocegueda Flores calcula que deshizo alrededor de 2 mil cuerpos durante todos esos años.
Encontraron varias fosas clandestinas, las principales en un rancho de Loma Bonita, en ‘La Gallera’ y en el ejido El Ojo de Agua, recordó.
Además autoridades realizaron investigaciones en condominios por cuyo drenaje echaba los restos.
“Todas esas historias que si las unes todas, unas con otras, es una historia de terror”, descubrió Fernando.
Sobre todo, dijo, por “tener la sangre fría de ver cómo se deshacían los cuerpos, cocinándolos 24 horas durante toda la noche”.
Para familiares de desaparecidos, mencionó, “mandarle una foto, para nosotros fue muy doloroso”.
Las autoridades en Baja California sabían de la existencia de este tipo de prácticas, pero nunca hicieron nada, sostuvo el también padre de familia que Fernando Ocegueda Ruelas, desaparecido desde 2007.
Ahora entiende porqué cuando su hijo desapareció, no le decían nada sobre los avances de la investigación.
“Nosotros duramos mucho tiempo con la esperanza de decir ‘pues lo vamos a encontrar’, que por qué a lo mejor lo tenían trabajando en un campo de cultivo, o lo tenían haciendo túneles, y vivimos muchos años con esa esperanza. Pero van pasando 5 años, 8 años, 10 años y luego 13 años, y te das cuenta que aprendes a vivir con el dolor”, declaró Ocegueda Flores.
“El dolor de mi corazón”, refirió, “ya pasó, yo lo perdono (a él o los asesinos). Lo perdono porque es bueno sanar, es bueno sanar el cuerpo y el alma, y en su conciencia llevará todo eso”.
Por último, el activista exigió a la gobernadora Marina del Pilar Ávila que reforme la Ley para que la inhumación clandestina sea un delito grave que amerite prisión preventiva y nombrar al comisionado de la Comisión de Búsqueda o dejar a quién ya está por tener una amplia experiencia.
Comentarios