TIJUANA.— En el Día de la Virgen de Guadalupe, Don Eddy Carrillo cumplió la promesa que hizo hace años: honrar y despedir a su hijo Erick si lograba encontrarlo.
Después de cinco años de búsqueda incansable, la confirmación de que los restos localizados en una fosa correspondían a su hijo cerró un capítulo de dolor, aunque dejó abierta la herida de la lucha contra la desaparición forzada en Baja California.
Acompañado por integrantes del colectivo de búsqueda que lleva el nombre de su hijo, familiares y amigos, Eddy marchó hasta la funeraria Gayosso en Zona Río, entonando el grito de esperanza que los ha sostenido: “¡Sí se pudo!”.
La ceremonia reunió a decenas de personas que han seguido la causa de la fundación Todos Somos Erick Carrillo, que bajo su liderazgo ha logrado localizar a más de 1,650 personas desaparecidas.
Hoy, sin embargo, el líder dejó de ser el buscador incansable para ser el padre que, tras años de sufrimiento, pudo decir adiós.
Mañana, a las 10:00 horas, se celebrará una misa en honor a Erick Carrillo en la Nueva Catedral de Tijuana.
Para quienes han acompañado a Don Eddy en esta travesía, la despedida no solo honra la memoria de su hijo, sino que simboliza la esperanza de que cada familia encuentre algún día la paz que tanto anhela.
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