TIJUANA.- A sus 68 años, María Baruch Álvarez mantiene viva su pasión por el arte artesanal a través de su proyecto Moños Emby.
Lo que inició hace más de 13 años como un gesto para su nieta —un moño hecho a mano que llamó la atención de sus compañeras de escuela— se transformó en un negocio lleno de color y creatividad.
Aunque al principio María no se sentía satisfecha con sus moños por considerarlos “chuecos”, su tenacidad y dedicación la llevaron a perfeccionar su técnica.
Con el tiempo, su proyecto creció, incorporando no solo moños decorados, sino también gargantillas, diademas, lapiceros con semillas y flores de satín, todo elaborado artesanalmente.
La confianza de María en sus creaciones es total: garantiza a sus clientes que si un producto se daña, ella lo repara o reemplaza.
Sin un local fijo, Baruch se da a conocer participando en exposiciones culturales, donde sus piezas destacan por su colorido y originalidad, dejando claro que la creatividad no tiene edad.
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