TIJUANA.- El mes pasado, el techo del Café Aquamarino colapsó sobre una familia debido a la antigüedad de su construcción, pero hace unos días el negocio reabrió y los propietarios lo presumieron en redes sociales, situación que los damnificados consideran una burla pues se niegan a indemnizarlos.

Katia Yareli Lara Lugo relató que su familia vivió un momento de terror al quedar atrapados bajo los escombros, una experiencia que aún les afecta física y emocionalmente.

Su hija, de seis años, sufrió una fractura en el brazo izquierdo, por lo que fue necesaria una cirugía. Katia, por su parte, resultó con una luxación en la muñeca que le impide retomar su vida normal.

“No puedo mover bien la mano y el dolor es constante”, expresó Katia, quien además detalló que han gastado cerca de 100 mil pesos en cirugías, terapias y tratamiento psicológico para superar el trauma.

Hasta el momento, la familia no ha recibido apoyo por parte del dueño del café, quien sigue sin hacerse responsable de los gastos médicos. Katia manifestó su indignación al ver que el establecimiento reabrió sin que nadie respondiera por los daños causados por el colapso, ocurrido la tarde del 14 de agosto.

“Es una burla que este lugar siga operando como si nada, mientras mi familia sigue lidiando con las consecuencias”, declaró Katia.

Durante el accidente, su primera reacción fue buscar a sus hijas entre los escombros. “Todo fue tan rápido. Cuando me di cuenta, estaba en el suelo, y lo único que me importaba era encontrar a mis hijas”, recordó.

Las menores fueron rescatadas gracias a la intervención de un salvavidas, quien arriesgó su vida para sacarlas del lugar.

Katia ahora exige a las autoridades que refuercen la regulación de los establecimientos para evitar que tragedias como esta se repitan. “Esto no puede volver a suceder. Los lugares deben garantizar la seguridad de sus clientes”, concluyó.

El propietario del Café Aquamarino se negó a hacer declaraciones ante las exigencias de la familia.