TIJUANA.- El hombre de origen polaco asesinado en Rinconada Otay II no fue linchado ni intentó robar a un menor, como vecinos aseguraron a policías al principio.
Lo que en realidad ocurrió, según los primeros reportes, es que el extranjero -aparentemente bajo los efectos de alguna sustancia o en crisis- cargó brevemente a una madre con su hijo.
Al parecer lo hizo como un intento de comunicarse, y luego los soltó sin hacerles daño.
Después fue perseguido por varias personas hasta que subió a un camión de la empresa Settepi, donde alguien lo empujó hacia el exterior.
Ya en el suelo, fue atacado por dos hombres: uno lo apuñaló mientras otro le rociaba polvo con un extintor.
El polaco no hablaba español, lo que dificultó su entendimiento cuando hablaba antes de que le quitaran la vida.
La Fiscalía General del Estado ya abrió una carpeta de investigación por homicidio.
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