TIJUANA.- Entre tristeza y exigencias de justicia, conductores de Uber despidieron a Aristeo, víctima de un asalto mientras trabajaba en la colonia Real de San Francisco.
El hombre de 56 años fue atacado el pasado 24 de marzo.
Pasó dos semanas hospitalizado, pero falleció el domingo 6 de abril, a consecuencia de la gravedad de las lesiones.
Para darle el último adiós, decenas de conductores escoltaron el féretro desde la funeraria Santa Gema hasta el panteón donde fue sepultado.
Durante el homenaje, exigieron mayor seguridad y castigos más severos para los agresores que constantemente amenazan la vida de los conductores.
“Piden mucho por los usuarios, pero a nosotros nadie nos protege”, reclamó Bianca, conductora de Uber.
Los manifestantes aseguraron que los asaltos y homicidios a conductores van en aumento y no hay acciones efectivas para frenarlos.
“El barco debe de ser parejo”, reclamaron, al señalar que también merecen protección y condiciones dignas para trabajar.
Mario, conductor desde hace varios años, confesó sentir miedo diario por su trabajo, pues la inseguridad ya provocó que muchos de sus compañeros renuncien.
La caravana tuvo como propósito acompañar a la familia y exigir justicia para Aristeo, quien murió cumpliendo con su labor.
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