TIJUANA.- Después de 17 años de ser deportado a México, el ex combatiente de guerra norteamericano Héctor López Guillén tendrá como regalo de Año Nuevo volver a Estados Unidos, para reencontrarse con sus dos hijos y conocer a sus nietos.

“Tengo una hija de 35 y un hijo de 30 años, y quiero restablecer mi relación con ellos, y con mis nietos, y con mi familia y mi pueblo”, externó este hombre de pelo cano al que aún le cuesta mucho hablar español.

Durante más de 10 años fue el coordinador de la Casa del Veterano Deportado, y en ese tiempo, apoyó a volver al vecino país, vivos o muertos, a 95 ex militares.

Su mayor miedo era morir durante la pandemia por Covid-19’ y no poder cumplir este sueño, por eso “le doy gracia a Dios que estoy regresando vivo”, comentó antes de cruzar a pie la garita de San Ysidro.

López Guillén consiguió un permiso humanitario que le otorgó el Gobierno de Estados Unidos para regresar a Madera, California, donde vivió hasta el 20 de diciembre de 2006, cuando lo deportaron a México.

Al entrar así “ya tengo estatus legal, entonces ya puedo abrir mi caso y ajustar mi estatus para agarrar mi mica (residencia). Pero mi abogado dice que yo voy a aplicar para la ciudadanía”, destacó el veterano, quien seis años estuvo en la reserva militar, hasta que participó en el combate de Granada en 1983.

“Lo que más me excita a mi, es que yo voy a regresar y no voy a batallar y no voy a sufrir”, concluyó el ex militar norteamericano a quien recibieron con gran beneplácito sus amigos en San Ysidro, California.