TIJUANA.- Una feria del empleo a migrantes, evidenció los problemas que enfrentan extranjeros para tener una CURP y ser contratados, así como las dificultades de empresas para aperturarles una cuenta bancaria.

El haitiano Andaluz Charles tiene ocho años viviendo en México, en donde tramitó ante las autoridades una visa de visitante.

Quiso entrar a laborar de manera formal en Tijuana, pero al momento de solicitar al Registro Nacional de Población (RENAPO) su CURP, le dicen que no aparece en el sistema informático y lo traen a puras vueltas en las oficinas.

“¡No tienen capacidad para hacer eso!. Quiero arreglar mi tarjetas del banco, pero mi CURP está vencida. Tengo como cuatro meses ahí; cada semana vengo, pero no estoy en el sistema, es el problema mío”, expresó angustiado.

Este viernes se realizó una feria para ofertar 1 mil 500 vacantes en la ciudad, donde la industria en todos su sectores busca al menos de 15 mil empleados en Tijuana, detalló Jorge Figueroa Barrozo, presidente de Canacintra.

Una dificultad que enfrenta la industria es cómo pagarle a migrantes, refirió, pues carecen de documentos oficiales de su país y locales.

“La mayoría no cumple con documentación básica, como una identificación” y requieren dos ante una institución bancaria para la apertura de una cuenta,
precisó.

“Entendemos”, dijo, “que ellos son regulados, está la Comisión Nacional Bancaria que le dictamina específicamente cuáles son los documentos que los clientes deben de cumplir. Entonces hemos estado trabajando en eso”.

Hay migrantes como el cubano Juan Jesús que optan por trabajos informales, en donde no sea necesario un documento sino las ganas de trabajar para tener recursos mientras esperan su cita de asilo humanitario para ingresar a Estados Unidos o establecerse ya en la ciudad.

“No me fue difícil, ya que ahí en Rosarito, ahí en dónde yo vivo, hay bastante construcción y ocupan bastante personas y con ganas de trabajar”, contó mientras esperaba a uno de sus compatriotas que acudió a la feria a conseguir empleo.

Ahí lleva cuatro de los cinco meses que tiene residiendo en Baja California, donde ya se estableció para no irse a Norteamérica, como miles de sus paisanos.