TIJUANA.- El dolor de desenterrar el cadáver de un hijo, no es el mismo que sepultarlo, describió entre lágrimas Karla que desde hace dos años ayuda en la búsqueda de personas desaparecidas en Baja California.

Su hija Hilda Teresa, junto con su amiga Nora Ariday desaparecieron un 24 de agosto.

Ha visto a madres, clavar una varilla en la tierra, palear o con las manos retirar con rapidez la tierra a cuerpos sepultados, que a veces resultan ser sus familiares.

“El dolor de la madre que en ese momento desentierra a un hijo o el hermano, el sobrino o quién lo esté buscando, ver cuándo lo está desenterrando, no es lo mismo que enterrarlo. ¡Es horrible!”, describió mientras aprieta con sus manos la manta donde está impresa la pesquisa de su hija.

Marchó en la Zona Río de Tijuana, participó con un centenar de personas que desde hace varios años buscan a familiares reportados como desaparecidos ante la Fiscalía General del Estado.

Para Eddy Carrill, fundador del Colectivo Todos Somos Erick Carrillo, la única opción es seguir en pie de lucha para encontrar a sus seres queridos.

Él busca a su hijo Erick que hace tres años tras salir de un bar al Este de Tijuana; desde entonces emprendió pesquisas con otros padres.

El asegura hay más de 2 mil desaparecidos en la entidad, y eso que llevan “650 personas localizadas con vida y sin vida” en los últimos tres años, precisó este hombre que encabezó la protesta en el Día Internacional de Víctimas de Desaparición Forzada.

Considera que se ha institucionalizado la corrupción en las fiscalías para no localizar a quienes están desparecidos en el país.

“Mientras haya corrupción Can a existir los cárteles de las drogas y van a seguir las desapariciones”, concluyó.