Ante los problemas causados a la víctima, esta intentó quitarse la vida en el Hospital General

TIJUANA.- Un agente de la Policía Municipal de la Unidad Canina (K-9) es investigado por presuntamente cometer el delito de violación impropia en contra de un hombre, de 50 años de edad.

La Unidad Especializada en Delitos Sexuales de la Fiscalía General del Estado (FGE) investiga el caso radicado en el Número Único de Caso 0204-2022-117739.

La tarde del pasado 28 de abril, ‘CDLA’, de 50 años de edad, acudió a interponer la denuncia.

Desde entonces recibe ayuda sicológica y atención médica en el Hospital General.

En su testimonio relató que un día antes, alrededor de las 23:00 horas llegaron a su trabajo dos unidades de la Policía Municipal rotuladas con el emblema de K-9.

Labora en un café internet, en donde además hay ‘minicasinos’, ubicado en la avenida del Pacífico esquina con calle Granizo en Playas de Tijuana.

Dichos agentes visten uniforme verde, tipo militar, quienes lo esposaron a él y unos 8 clientes.

Les dijeron «a ver quiénes traen droga, quién vende droga», respondiéndoles ‘CDLA’ que ahí no se vendían.

Un agente lo advirtió que «tu me vas a decir quién es porque tú estás aquí trabajando».

Esa noche, le aclaró al policía, cubría laboralmente a su amigo Adán, ‘El Gordo’.

Luego se acercó un agente ‘chaparrito’ y solo pudo ver que en la parte superior de los párpados se le veía negro, ya que traía cubrebocas, además de que le exigió no voltear a verlo.

Ese mismo uniformado, lo golpeó después con un tubo de pvc en su espalda y glúteos.

Como no le dijo nada, ese mismo oficial ‘chaparrito’ lo amenazó diciéndole, «¡Ahorita vas a hablar!».

En ese momento vio que agarró la escoba, encima le puso mucho gel antibacterial.

De todo eran testigos sus demás compañeros, quienes no decían nada.

Le exigió a la víctima bajarse el pantalón y ponerse boca abajo, encima de un escritorio.

Se desabrochó el pantalón, pero se le cayó porque le quedaba grande. Además de que no usaba ropa interior.

Dicho objeto, el agente se lo introdujo entre los glúteos, el hombre gritó y se desvaneció del dolor. Lo obligó a ponerse de pie e hizo lo mismo dos veces.

Después a él y todos los clientes les robaron el dinero que traían y sus teléfonos celulares.

Y para borrar toda evidencia, se llevaron la caja de grabación de las cámaras de videovigilancia.

Pero fueron captados por las cámaras de viviendas aledañas.

La tarde del martes pasado, debido a las secuales por la agresión sexual, la víctima trató de quitarse la vida en el Hospital General.