TIJUANA.- A un joven lo ejecutaron y su cadáver lo arrojaron a un lote baldío de la colonia Pedregal de Santa Julio.
El hallazgo ocurrió la noche del martes, cuando unos policías municipales realizaban un recorrido de vigilancia en dicho barrio.
Descubrieron que la víctima tenía un disparo en la cabeza y con la mano izquierda sostenía una pipa, usada para el consumo de drogas.
Cuando los agentes estatales recolectaban evidencias, llegó un hombre que dijo ser tío del occiso.
Les contó que, días antes, su sobrino sufrió un atentado a balazos, del que logró salir con vida.
Además les confió que estaba involucrado en drogas.
Minutos después llegó la mamá, quien identificó a su hijo como Héctor Ruelas, de 19 años.
A unos metros del lote baldío, los peritos localizaron un casquillo percutido calibre 9 milímetros.
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