CDMX.- El Departamento de Medio Ambiente Marino de Bélgica informó que los cubrebocas desechables tardan hasta 450 años en degradarse y una gran cantidad de estos termina en el mar.

Aunque los expertos en Salud Pública que atienden la pandemia de COVID-19, mencionan que los cubrebocas son un medio para evitar la propagación de la enfermedad, estas comienzan a ser un problema ecológico.

La dependencia belga refiere que los cubrebocas desechables podrían tardar hasta 450 años en descomponerse, mientras que los pequeños fragmentos de plástico que contienen nunca desaparecerán por completo.

Debido a la emergencia sanitaria que aqueja al mundo, los organismos de cuidado ambiental han reportado un aumento de cubrebocas, guantes y botellas plásticas de productos desinfectantes de manos en las playas y en el mar.

Cubrebocas, nueva basura en playas del Caribe mexicano. Foto de Ariann Soriano / Facebook

 

Estos desechos, añade, se suman a los 8 millones de toneladas de plástico que contaminan los mares, según el Servicio Federal de Salud Pública de Bélgica.

Según señaló el ministro del Mar del Norte, Vincent Van Quickenbornelos cubrebocas son capaces de salvar vidas, sin embargo, muchos de ellos terminan como desechos en los mares donde ponen en peligro a la fauna marina.

El experto señaló que las especies marinas pueden confundir los cubrebocas desechables con las medusas y al tragarlas sus estómagos se llenan, pero no obtienen ningún nutriente, lo que los debilita a largo plazo.

Señaló que el riesgo no solo es para la vida marina pues las micropartículas que las componen también pueden terminar en nuestra comida.

Con el fin de hacer conciencia sobre esta problemática, el departamento de Medio Ambiente Marino lanzó una fuerte campaña llamada “El mar comienza contigo”, la cual busca convencer a las personas de tirar sus cubrebocas en un contenedor o fomentar el uso de las mascarillas reutilizables.

Con información de López-Dóriga Digital